miércoles, 16 de marzo de 2011

Il y a qui cherche et il y a qui trouve

Unas sillas más allá se sienta un señor (monsieur) de pelo blanco, de este que sólo cubre el hemisferio sur y la parte de atrás de la cabeza de los hombres, gafas y voz amable. Seguramente ha amado toda su vida la arqueología y es ahora, en su ancianidad, cuando encuentra el tiempo de aprenderla. Creando una mezcolanza que me hace sonreír saca, de un estuche con dibujos infantiles, probablemente, recuperado del cajón en que su hija lo dejó cuando dejó de ser niña, una pluma y un tintero. Con sumo cuidado llena su depósito de tinta de color grana y continúa apuntando la importancia de los distintos tipos de sedimento en las características de un sitio arqueológico.
 - C'est comme l'archeologie, il y a qui cherche et il y a qui trouve, me dice esperando un 'café au lait' de una máquina, que no le quiso dar el suyo al anterior demandante.

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