jueves, 11 de octubre de 2012

Tres horas de avión no es nada, me digo, por tierra y pasando el Canal de la Mancha bajo el mar hubieran sido varios días. Tal vez de ese modo no me hubiera dejado allí el corazón. Traer sólo el cuerpo me crea desasosiego. Sí, ya sé que los sentimientos no están en el corazón, que son una mezcla de conexiones cerebrales y no sé qué más. Pero sí que es el único órgano que decide entre la vida y la muerte, así que me quedo con las antiguas metáforas. “El cuerpo viaja antes que el alma”, lo dijo un erudito que debía viajar mucho. Yo, si pudiera, esta noche me subiría a Arthur Seat y gritaría: - I MISS YOU. Para que lo oyera David Hume, Adam Smith, la Royal Mile, Dean Village y cada árbol del Meadows Park. Gritaría tan fuerte que llegaría al mar en Portobello. Sin embargo, sólo me queda beber “regular tea” y comer “ginger nuts”. Good night Edinburgh. See you soon.

miércoles, 3 de octubre de 2012


De Marx se dice que se convirtió en marxista a mediados de 1840, pero más tarde también tuvo la necesidad de señalar que no era marxista
-¿Jesús era cristiano?
-También eso se puede discutir, claro.

[El mundo de Sofía. Jostein Gaarder (1991)]