Las palabras que son un puente roto
Las palabras que son la punta de una espada,
un cabo del silencio,
la costa del olvido.
Esas palabras.
Las palabras que anidan en nosotros,
nos convierten en cuevas,
en pantanos,
en cráteres:
yo soy el hombre oscuro,
soy la raíz del lobo;
tu eres la mujer ciega,
tumba de las palomas.
Las palabras que arden dentro del corazón.
Las palabras que son lo contrario del trigo.
Las palabras que dejan huevos en la herida,
dejan su hiel,
dejan su levadura.
Todas esas palabras.
Las palabras que entierran,
que talan,
que consumen.
Las palabras que borran los senderos.
Las palabras que brillan al fondo de los pozos.
Las palabras que son como una mordedura.
Todas
esas
palabras.
Todas esas palabras que hemos dicho,
que están alrededor,
que nos han atrapado.
Palabras, Iceberg - Benjamín Prado.
lunes, 24 de diciembre de 2012
martes, 11 de diciembre de 2012
La soledad
La soledad es silenciosa. Tu Yo hablador se transforma en tu
Yo pensador, aunque los que a menudo pensamos “en alto” corremos el riesgo de
entrar en un monólogo continuo. ¿Tendrá esto algo que ver con una infancia sin
hermanos en la que todos los personajes del juego son representados por la
misma persona? Puede. La soledad son habitaciones vacías y una ducha que nunca
suena a no ser que estés tú debajo. Es una cocina sin turnos para limpiar y un
frigorífico con baldas sin nombre o sin baldas con nombre, depende de lo
solitario que se sienta uno en el momento. Aunque es también casi una completa
libertad, dejando al lado la obligación del monólogo. Es la desnudez que
recorre la casa, a cualquier hora. Es Ray Charles resonando por todas las
esquinas. Es cantar Il barbiere de Seviglia sin que nadie te oiga. Es un
retrete siempre esperando las urgencias
y un sofá siempre libre a la hora de la siesta.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)